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Sabina Muchart, fuente blog Concha Mayordomo

Son artistas, son fotógrafas

Amalia López Cabrera, Eulalia de Abaitua y Sabina Muchart

Tres mujeres nacidas en la segunda mitad del S. XIX unidas por la práctica de la fotografía. 

Hablamos de tres fotógrafas que hicieron de la fotografía su profesión, como lo demuestra el hecho de tener sus propios estudios en las ciudades donde vivieron. Amalia López Cabrera (Almería, 1837 – Madrid, finales S.XIX) lo abrió en Jaén, en un local propiedad de su marido Francisco López Vizcaíno. Sabina Muchart (Gerona, 1858 – Málaga, 1929) lo hizo en el último piso de un edificio en la Plaza de la Constitución de Málaga, donde trabajó hasta su muerte. Su galería acristalada y el gran rótulo ’S. Muchart’ con el que anunciaba su actividad,  se puede ver en fotos y postales de la época.  Por su parte, Eulalia de Abaitua  (Bilbao, 1853 – Bilbao, 1943) dispuso de su laboratorio fotográfico en el  sótano del Palacio del Pino, edificio construido durante su matrimonio en un terreno de Begoña heredado de su burguesa familia. 

Aunque en las clases acomodadas era más frecuente encontrar fotógrafas aficionadas que profesionales, ellas ampliaron sus conocimientos y se formaron en muchas aspectos relativos a la fotografía para realizar las mejores tomas y dominar los procedimientos. 

Amalia  López Cabrera sabía el manejo de la cámara y disponía de varios tipos de ellas, controlaba el proceso fotográfico y de revelado, y el de comercialización y firmado de sus obras. Aprendió del Conde de Lipa, uno de los pioneros del daguerrotipo en España.

Por su parte, Eulalia de Abaitua lo hizo en Liverpool, ciudad donde contrajo matrimonio y a la que se había desplazado toda su familia a causa de la tercera guerra carlista y donde fundaron una empresa de navegación.  La década de los 70 resultó ser muy importante en dicha ciudad para la fotografía porque allí  comenzaron a fabricarse las primeras placas de gelatinobromuro sobre vidrio, una nueva técnica que en algunos casos se convirtió en alternativa de la pintura y que fue adoptada por Eulalia. 

Los retratos que se hacían en la época estaban sujetos a normas, y eran similares en todas las ciudades. Los retratados estaban de  pie o sentados, a veces ante un telón. En el caso de los trabajos de Sabina Muchart, fundamentalmente retratista en distintos formatos, las mujeres parecen estar  más cómodas  al posar menos envaradas. Amalia también destacó en retratos. 

En cambio, para Eulalia de Abaitua los retratos de mujeres fueron un subgénero. Por un lado,  los hará de mujeres solas o en pareja, de perfil busto o frente, y por otro de sagas familiares o mujeres trabajando en entornos domésticos o rurales.  A diferencia de sus contemporáneos,  realizará todos sus retratos femeninos al natural, al aire libre, y no en estudio, resultando tomas de gran realismo en las que captará la esencia de la retratada.  A ella podría considerársela como reportera gráfica, ya que con una visión antropológica mostró la vida de su entorno, legándonos una magnifica galería de de gentes humildes y trabajadoras de Bilbao y de las orillas  del Nervión, a través de  fotos urbanas y de celebraciones en la ciudad y el mundo rural.  Tampoco faltó la crónica de su propio hogar con imágenes intimas en las que los personajes son sus propios hijos y nietos, así como el servicio doméstico de la vivienda. 

El género retratístico no les impidió registrar objetos y vistas de sus ciudades y lugares característicos. Monumentos,  paisajes y tipos, fueron formatos habituales que se vendían en los estudios  y cuya autoría certificaban con su propia firma. Destacó el uso de la fotografía estereoscópica, realizada con cámaras binoculares que daban como resultado una imagen en tres dimensiones, algo que se hizo popular entre las clases acomodadas y que fue disfrutado por las más humildes en las barracas de las ferias. 

Los  trabajos de estas tres mujeres  fueron valorados en su época y  muestra de ello es que Amalia participó en la sección de fotografía de la Exposición Aragonesa de Zaragoza de 1868. La actividad de Sabina Muchart aparece documentada en las guías de la ciudad, como  estudio  S. Muchart, y se conocía gracias a tarjetas postales que se  editaron  en Málaga a partir de sus imágenes durante los primeros años del siglo XX. Afortunadamente, el Museo Vasco de Bilbao custodia más de dos mil quinientas tomas de Eulalia de Abaitua, y difunde su obra a través de publicaciones y exposiciones temporales. 

Webgrafía: 

https://www.investigart.com/2020/07/07/eulalia-abaitua-1853-1946-la-primera-fotografa-vasca-de-la-que-se-tiene-constancia/
https://dbe.rah.es/biografias/47245/amalia-lopez-cabrera
https://dbe.rah.es/biografias/62610/sabina-muchart-collboni
https://www.investigart.com/2020/07/07/eulalia-abaitua-1853-1946-la-primera-fotografa-vasca-de-la-que-se-tiene-constancia/
https://dbe.rah.es/biografias/47245/amalia-lopez-cabrera
https://dbe.rah.es/biografias/62610/sabina-muchart-collboni

Artículo publicado en el nº 18 de Blanco, Negro y Magenta, La Revista, Diciembre 2023